Grande Mark Knopfler. Anoche en Santiago de Compostela nos mostró su lado más folk e intimista.
Sentado en un taburete, sin apenas artificios técnicos, sólo acompañado por su guitarra y sus músicos (algunos de ellos ex-Dire Straits), nos regaló temas de su etapa con los Dire y de su época en solitario (impresionante "Sailing to Philadelphia").
Algunos de los momentos más emocionantes fueron, por supuesto, la interpretación de "Romeo and Juliet". Para una canción sobre un chico que le canta serenatas a una chica, nada mejor que un telón de estrellas como el que apareció tras el escenario.
Conmovedora "Brothers in arms" y con la misma energía de siempre "So far away from me" y "Sultans of Swing", con esa guitarra que nos retrotrae directamente a los 80.
Mark Knopfler sacó lo más mítico de sí mismo. Hubiera estado allí toda la noche ya que la trayectoria de este hombre es inmensa. Pero no hay tiempo para todo.
Eché de menos que Knopfler se moviera más por el escenario, pero hay que recordar que el músico tiene 60 años y no estamos en uno de esos vídeos de la VH1 en el que se le ve brincando por el escenario con su cinta en la cabeza (ésto no es 1981).
En fin, anoche estuve en uno de esos grandes conciertos a los que hay que ir por lo menos una vez en la vida. Ya he visto en directo a U2, REM y Bruce Springsteen. El ciclo se va cerrando...