martes, 14 de diciembre de 2010

Biutiful

Biutiful (Alejandro González Iñárritu) es solo una ironía. Más bien la película es dura, triste y de realismo oscuro, sin ambages. Drama con mayúsculas en la línea de los personajes torturados y desesperanzados de 21 Gramos. Trata grandes temas como la inmigración, la pobreza, la familia y la muerte.
Javier Bardem (inmenso como siempre) interpreta a un paria social que actúa como eslabón dentro de la gran cadena mafiosa en la cual se ven atrapados muchos inmigrantes. La peculiaridad es que, lejos de dar una visión maniquea de este tipo de redes, plantea la pregunta de si algunos de los implicados, en el fondo, no serán tan víctimas como las propias víctimas. Arrastrados por su propia situación, llegan a explotar a otros seres humanos pero, en sus breves accesos de conciencia, intentan ayudar de formas extrañas.
Bardem y el decrépito entorno personal que le rodea se mueven en la Barcelona más apartada y sucia, esa que los turistas no queremos ver, donde proliferan pisos-patera, niños sin padres, enfermedades que a priori tendrían cura y extranjeros esclavizados en un Primer Mundo que no es lo que les prometieron.
A pesar de que la historia se desliza en ocasiones hacia el catastrofismo y lo previsible, es un excelente retrato del mundo en el que vivimos, de la España más vergonzante y subdesarrollada.
Si vais a verla, no dejéis escapar el mensaje final: Los inmigrantes cuidan de nosotros de las formas más insospechadas.
Nota:8

No hay comentarios:

 
[Valid Atom 1.0]