Pues como os decía hace unos días, finalmente aceptamos la invitación para la cata de vinos en La Rioja. Viernes Santo entre copas, visitando viñedos a lo Falcon Crest y enterándome de las diferencias entre un vino reserva y gran reserva. Sin embargo, en mi caso, darme vino fino es como las margaritas para los cerdos, porque mi paladar no entiende de sutilezas de sabores a madera o fruta.
Me gustó ir contigo a este rincón del mundo, conducir a través de los viñedos, perdernos en un pueblo pequeño colindante con el País Vasco y desayunar como reyes en este hotel.
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