miércoles, 31 de marzo de 2010

Reinventarse

Hace 6 años, en uno de esos cursos de emprendedores en los que te cuentan las maravillas de ser empresario, tuve la oportunidad de hablar con uno de los ponentes. Era la viva imagen del éxito: 27 años, guapo, trajeado, educado y con una empresa de informática en plena expansión. Me pareció un ejemplo admirable de cómo con fuerza y trabajo se podía llegar a triunfar. Pero, ay amigos, no es oro todo lo que reluce. Hace unos días, por esos milagros de Facebook, volví a encontrármelo. Quedé con él para tomar un café y lo que me encontré fue digno de una historia de Callejeros: Al comienzo de la crisis económica, la empresa se fue a la ruina, dejando un rastro de impagos, deudas millonarias, problemas con Hacienda, empleados descontentos y, lo peor, pérdida de la mujer y amigos. Ahora el joven triunfador vive apartado del mundanal ruido intentando recuperarse del golpe. Sin embargo, la historia tiene una parte positiva. A pesar del infortunio, esta persona sigue adelante procurando reconstruir su vida, porque el que es luchador por naturaleza, será capaz de superar las circunstancias más difíciles.
Llamadme bobalicona si queréis, pero a mí estas vivencias de superación personal me gustan. Me dicen que somos capaces de renacer de nuestras propias cenizas y reinventarnos una y mil veces.

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