El sexo lo cambia todo, especialmente si decides practicarlo con tu mejor amigo/a. Esta es la premisa fundamental de ¿Hacemos una porno?, que además nos plantea la eterna pregunta de si hombres y mujeres pueden mantener una amistad sin complicarlo con el amor.
Kevin Smith ya no es aquel de las comedias ácidas tipo Clerks o Mallrats. Sin embargo, sigue conservando intacta su capacidad para retratar a gente joven, desafortunada y carente de glamour, justo el perfil contrario al que Hollywood pretende vendernos a diario.
Zach y Miri son unos buenos representantes de este colectivo de parias. Dos amigos de toda la vida que además comparten piso. Sus graves problemas económicos les llevan a decidir rodar una película porno, con el fin de resolver su situación. Ni que decir tiene que el rodaje será accidentado, la calidad técnica digna de Ed Wood y el elenco de actores un grupo de entrañables outsiders de la perfección pornográfica. Durante el rodaje, ambos protagonistas caerán en la cuenta de ciertas cosas soterradas hasta ese momento.
La película deriva hacia la comedia romántica y, aunque no deja de tener su componente de previsibilidad, nos invade la curiosidad por ver cómo Smith se mueve en este terreno. La efectividad de la historia radica en su sencillez y en su capacidad para arrojar sobre los personajes una mirada real, irónica y a ratos un poco triste, pero no demasiado porque abundan los momentos memorables.
Comedia romántica procaz. Quizá menos sutil que otras pero mucho más divertida.
Nota final: 7
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